Correspondència de
Josep Pla
amb Josep M. Cruzet






Ressenya a l'Avui



Ressenya de La Vanguardia

UN EPISTOLARIO
DE GRAN RELEVANCIA

Pla y Cruzet, dos espíritus tenaces


Destino saca a la luz medio millar de cartas cruzadas entre el autor y el editor
El epistolario Pla-Cruzet es “una cantera para estudiosos”
Pla comenta sus textos, pero también sus estados de ánimo y sus opiniones sobre la actualidad
ROSA MARIA PIÑOL - 28/02/2004
Barcelona

Josep Pla y Josep M. Cruzet colaboraron intensamente durante más de tres lustros como escritor y editor. Sólo la muerte de este último, en 1962, truncó el ambicioso programa que ambos se marcaron y que fueron llevando adelante con voluntad sólida y obstinación. La orientación de la obra de Pla en un periodo extraordinariamente fértil y el programa editorial de Cruzet, fundador de la editorial Selecta, cobran ahora nueva luz con la publicación del epistolario cruzado entre ambos personajes. “Amb les pedres disperses. Cartes 1946-1961” es un fecundo e interesante documento que ha editado Destino y que se pone a la venta el próximo jueves.

La edición –de la que se ha encargado la estudiosa y profesora de la UAB Maria Josepa Gallofré– ha sido posible gracias al acuerdo alcanzado por los herederos de Pla y Cruzet, Frank Keerl y Sebastià Borràs, respectivamente. Las cartas enviadas por Pla a Cruzet forman parte de la amplísima correspondencia que figura en el legado del autor de “El quadern gris”. Por tratarse de textos manuscritos, las cartas planianas han tenido que ser transcritas por la editora, que ha dedicado más de dos años de trabajo a su preparación, ordenación y anotación.

El epistolario reúne 463 cartas. Se inicia el año 1946, en un momento en que se empieza a vislumbrar algún resquicio legal para volver a editar en catalán, y concluye en febrero de 1962, con la muerte de Josep M. Cruzet. La correspondencia aporta diversas informaciones. Por una parte, documenta el trabajo de Pla tanto en los libros que publicó entre 1949 y 1956 (los 22 títulos que aparecieron en la “Biblioteca Selecta”, desde “Coses vistes” hasta “De l'Empordanet a Barcelona”) como en su proyecto literario futuro. Por otra parte, aporta nuevos datos sobre títulos como “El quadern gris” y “Girona”, dos obras cronológicamente muy relacionadas en las que el escritor trabajaba entonces. Cruzet expone en sus cartas su programa de edición y cómo planea su colección, y tanto él como Pla muestran su obsesión constante por “recuperar el público lector y ganar unos sectores indiferentes –y hostiles– a la lectura en catalán”, como subraya la editora en la introducción.

“Las cartas de Pla son como una especie de dietario de trabajo –explica Gallofré–. En ellas va explicando lo que escribe, en qué fase lo tiene, los textos que modifica y los que quiere reescribir; pero también sus estados de ánimo y su reacción frente al entorno y a los hechos sociales y políticos.” Una de las preocupaciones de Pla era “salvar” sus libros anteriores en castellano, traduciéndolos o reescribiéndolos. En noviembre de 1950 manifestaba a Cruzet “la necesidad de emprender la estructuración de mis escritos seria y sistemáticamente. Es decir, ir a las diez mil páginas en catalán de las que le hablé este verano. Si usted me ayuda un poco, lo haremos”.

Autor y editor se animaban mutuamente para llevar adelante el proyecto conjunto, que por tratarse de unos años difíciles, requería constancia y firmeza. En 1953, Pla escribía en una dedicatoria para el álbum de firmas de Cruzet: “Con una tenacidad admirable, con una pasión fría, ha luchado contra la situación más trágica por la que ha pasado, en los tiempos modernos, nuestro espíritu”. E insistía en la necesidad de luchar, para subrayar luego: “Retorcer la adversidad, vencer la catástrofe y crear, con las piedras dispersas de nuestro espíritu, el edificio de las más sólidas posibilidades de la edición catalana normal ha sido obra de su tenacidad e inteligencia”.

Son interesantes las informaciones que el epistolario aporta sobre el proceso de elaboración de “El quadern gris”, obra que no se publicó hasta 1966, inaugurando las “Obres completes” de la editorial Destino. En junio de 1950, Pla le prometía a Cruzet enviarle pronto “un paquete de cuartillas”. Y en diciembre del mismo año (“el de más rendimiento de trabajo de mi vida”, según confesión del autor) ya le había entregado 431 cuartillas de la obra. De todos modos, le quedaba aún mucho trabajo por delante. “Pla se proponía esta obra como ‘una pared con figuras, inmensa’ y, aunque la tenía avanzada, sabía que no la acabaría a corto plazo”, señala Gallofré. El autor llegó a sugerir que “El quadern gris” se publicara en cuatro volúmenes en “Biblioteca Selecta”. Pero lo cierto es que quedó muchos años inédito.

Si en esta obra capital abordaba sus años de aprendizaje como escritor, en el volumen “Girona” escribió sobre su infancia y la formación de su sensibilidad como adolescente. En agosto de 1951 Pla prometía a Cruzet: “Le daré un libro sobre Girona, en el que he trabajado desde antes de la guerra civil. Tengo una gran confianza en él”. Pero el autor era consciente de que, al retomarlo al cabo de muchos años, se vería obligado a “modificarlo un poco, pensando en la censura”. Una preocupación, la de la censura, también obsesiva en ambos personajes.

Este epistolario será, en opinión de Gallofré, una fuente de consulta obligada para los estudiosos. “Nos ilumina sobre cuestiones tan centrales como el sentido de la obra de Pla y de Cruzet, la forma como se organizaban y distribuían el trabajo, el calendario de trabajo, sus definiciones morales y sus reacciones frente al entorno. Por ello pienso que disponemos de un instrumento fundamental que contituye una cantera para los estudiosos y biógrafos”.

  



 

L'autor empordanès considerava el seu interlocutor epistolar un personatge cabdal en "els anys fatídics" de la postguerra

ES PUBLIQUEN LES CARTES
ENTRE JOSEP PLA
I L'EDITOR JOSEP MARIA CRUZET

Redacció - BARCELONA


L'editorial Destino publica la setmana que ve la correspondència entre Josep Pla i Josep Maria Cruzet, fundador de la llibreria Catalònia i el principal editor en català de la postguerra.

    Selecta va estar a punt de treure 'El quadern gris' el 1951, quinze anys abans que finalment l'obra veiés la llum


 

«Després de la Guerra Civil, vaig tenir una gran relació —sobretot epistolar— amb l'editor Josep Maria Cruzet. Li vaig donar, si no vaig equivocat, vint-i-nou volums que, tot i no ésser ni dramàtics ni pornogràfics, tingueren un cert èxit. L'època era més que incerta: era francament dolenta. Josep Maria Cruzet ha estat l'editor més important que hi ha hagut (en llengua catalana) en aquells anys fatídics».    Són paraules d'elogi de l'escriptor Josep Pla cap a l'editor i llibreter Josep Maria Cruzet, amb el qual es va relacionar intensament per escrit. Ara l'editorial Destino ha publicat la correspondència entre aquests dos homes de lletres en un volum que la setmana entrant ja es podrà trobar a les llibreries.

Josep Maria Cruzet i Sanfeliu (Barcelona, 1903) va obrir el 1924 la llibreria Catalònia, amb Antoni López-Llausàs i Manuel Borràs com a socis. Sota la seva direcció, aquesta llibreria va passar a ser també quiosc, editorial i distribuïdora. Durant la Guerra Civil, el llibreter-editor va viure a França i després a Pamplona i a Sant Sebastià, sense deixar mai de dedicar-se al negoci dels llibres. De tornada a Barcelona, es va veure obligat a rebatejar la Catalònia com la Casa del Libro i va demanar els permisos necessaris per reprendre les edicions en català amb les obres completes de Jacint Verdaguer. El 1946, després d'una infinitat de gestions, Cruzet va fer possible el naixement de la Selecta, el primer projecte empresarial per editar llibres catalans de la postguerra.

El 1951, Josep Maria Cruzet ja va planejar de publicar El quadern gris, de Josep Pla, una obra que finalment va publicar Destino quinze anys després. L'editor tenia clar que El quadern gris "havia de marcar època", segons va revelar la professora Maria Josepa Gallofré en unes jornades a Palafrugell celebrades el desembre del 2001. La cosa es va frustrar perquè a l'últim moment, quan Cruzet ja tenia uns quants centenars de fulls del que acabaria sent l'obra planiana més cobejada, Pla va optar per deixar El quadern gris inacabat i donar prioritat a altres llibres que li requerien menys esforç.

 
Avui, 28 de febrer 2004



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